Recuerdos de un soldado, por Heinz Guderian
Siempre tuve la referencia de este libro como memorias, pero la ultimísima edición de las memorias del general Guderian se titulan Recuerdos de un soldado. Guderian, padre de las fuerzas blindadas germanas, pasa por ser uno de los contribuyentes de la afamada blitzkrieg germana y un brillante militar.
Libro de referencia, entre muchos otros escritos, de historiadores de la Segunda Guerra Mundial, Recuerdos de un soldado ofrece un somero relato desde el punto de vista de los perdedores. El acertado título describe muy bien el contenido del libro, pues es en todo momento un militar quien nos ofrece su visión de los hechos acaecidos en la gran conflagración. Guderian incide en gran parte del libro en los aspectos tácticos y estratégicos de las campañas en las que se vio envuelto, lo que puede atraer a los que gusten de indagar en la historia militar, pero que tal vez pueda repeler a quienes sólo busquen un panorama de conjunto de la guerra. Sin embargo es interesante conocer el punto de vista de un militar, y cómo valora su relación con el partido nazi y sus jerarcas.
No esperen encontrar trazos de un gran arrepentimiento. Guderian era un militar de la vieja escuela prusiana, y para él, al igual que para sus enemigos, la guerra era parte de su oficio. Como muchos otros soldados de su generación, Guderian acogió con buenos ojos la aparición de Hitler y las esperanzas de renovación que traía consigo en mitad del caos de la República de Weimar. Como todo buen militar, el viejo general lamenta la guerra, y como acérrimo patriota condena las barbaries cometidas por nazis y SS, aunque no deja de señalar el sufrimiento (y valentía) del pueblo alemán. Conforme avanza la guerra (demasiado prematura, en su opinión) Guderian va perdiendo la fe en los nazis y en su comandante supremo, aunque nunca deje de cumplir su deber.
Recuerdos de un soldado es una obra que interesará a los más fanáticos y estudiosos de la Segunda Guerra Mundial, pero que quizás sea demasiado detallista y prolija en ciertos aspectos para el lector medio. No ofrece una visión general de los acontecimientos, pero sus memorias nos adentran en la creación del arma panzer y en las campañas Francia y el Benelux, hasta culminar en el desastre ruso y en los cada vez más crecientes roces y peleas con el Estado Mayor y con el mismo Hitler. No es un libro de lectura ágil, pero no debe faltar en cualquier buena biblioteca de la Segunda Guerra Mundial.
Libro de referencia, entre muchos otros escritos, de historiadores de la Segunda Guerra Mundial, Recuerdos de un soldado ofrece un somero relato desde el punto de vista de los perdedores. El acertado título describe muy bien el contenido del libro, pues es en todo momento un militar quien nos ofrece su visión de los hechos acaecidos en la gran conflagración. Guderian incide en gran parte del libro en los aspectos tácticos y estratégicos de las campañas en las que se vio envuelto, lo que puede atraer a los que gusten de indagar en la historia militar, pero que tal vez pueda repeler a quienes sólo busquen un panorama de conjunto de la guerra. Sin embargo es interesante conocer el punto de vista de un militar, y cómo valora su relación con el partido nazi y sus jerarcas.
No esperen encontrar trazos de un gran arrepentimiento. Guderian era un militar de la vieja escuela prusiana, y para él, al igual que para sus enemigos, la guerra era parte de su oficio. Como muchos otros soldados de su generación, Guderian acogió con buenos ojos la aparición de Hitler y las esperanzas de renovación que traía consigo en mitad del caos de la República de Weimar. Como todo buen militar, el viejo general lamenta la guerra, y como acérrimo patriota condena las barbaries cometidas por nazis y SS, aunque no deja de señalar el sufrimiento (y valentía) del pueblo alemán. Conforme avanza la guerra (demasiado prematura, en su opinión) Guderian va perdiendo la fe en los nazis y en su comandante supremo, aunque nunca deje de cumplir su deber.
Recuerdos de un soldado es una obra que interesará a los más fanáticos y estudiosos de la Segunda Guerra Mundial, pero que quizás sea demasiado detallista y prolija en ciertos aspectos para el lector medio. No ofrece una visión general de los acontecimientos, pero sus memorias nos adentran en la creación del arma panzer y en las campañas Francia y el Benelux, hasta culminar en el desastre ruso y en los cada vez más crecientes roces y peleas con el Estado Mayor y con el mismo Hitler. No es un libro de lectura ágil, pero no debe faltar en cualquier buena biblioteca de la Segunda Guerra Mundial.
5 comentarios:
Ey, mola el blog!
Por mi parte te recomenadría citar fuentes, que siempre gusta ir a por ellas si el tema interesa :-)
A marcadores que vas...
Cebrian vive!
No te falta razón, lo tendré en cuenta.
Gracias por pasar por aquí ¡Saludos!
Me gusta este blog mucho, aunque por el momento sólo he echado un vistazo, pero es que te acabo de descubrir.
Yo ahora mismo estoy leyendo "Los Verdugos y las Víctimas" del autor que escribió "Austchwitz", y estoy literalmente acojonada con algunos de los testimonios.Y si que es cierto lo que dice un superviviente: Una vez que has sobrevivido a la guerra ya no le tienes miedo a nada.
Saludos!
Para cuando tenga tiempo sin duda lo voy a leer; por desgracia no tengo mucho, y las únicas memorias de figuras del III Reich que he leído son las de Speer, que te recomiendo si no las has leído; una visión muy interesante desde dentro. Guderian es el perfecto ejemplo de militar sobresaliente, cada vez más postergado por un Hitler que solo buscaba "yesmen" que acataran sus órdenes sin rechistar.
Por desgracia tipos como éste seguian la máxima de "un mariscal prusiano no se amotina" y no fueron capaces de mandar a Hitler a tomar por culo en el 44, y así acabó Alemania. Saludos.
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