La floreciente nación estadounidense estaba a punto de quebrarse. Tras la esgrimida causa anti-esclavista se escondían diferentes razones económicas y sociales que habían llevado al Norte y al Sur por distintos caminos hasta una tensa confrontación que en poco tiempo estallaría en forma de guerra civil. Fue entonces cuando el presidente Abraham Lincoln ofreció a un virginiano la comandancia suprema de los ejércitos de
En la primavera de 1863 Virginia, el amado estado de Lee, apenas se asemejaba a aquella bella y orgullosa tierra de antes de la guerra. Tres años de guerra en suelo virginiano habían devastado pueblos y granjas, mientras que los ciudadanos que otrora pelearan bajo una misma bandera se veían ahora entregados a una lucha fraticida. Sin embargo, a pesar de todo ese dolor y ese derramamiento de sangre, el militar Lee era por entonces optimista. Las perspectivas para él eran realmente ventajosas, y esperaba que en los próximos y decisivos meses las voces en
En septiembre de 1862 el general unionista George McClellan había logrado parar el avance de Lee en el norteño estado de Maryland. Sin embargo, su incapacidad para cortar la retirada del general sureño le valió ser sustituido por Ambrose Burnside, quién a su vez fue derrotado en Fredericksburg. En mayo de 1863 su sucesor, el general Joseph Hooker, era también vencido por las tropas de Lee. El buen olfato de Lincoln, para su desgracia, quedó demostrado: Robert E. Lee se estaba mostrando como el militar más capaz de toda la guerra.
Tras la muerte de uno de sus mejores generales y su mano derecha, Thomas “Stonewall” Jackson, Lee reorganiza su ejército, pasando de dos cuerpos a tres, bajo el mando de los teniente generales James Longstreet, Richard S. Ewell y A.P. Hill. Al mando de la caballería se encuentra J.E.B. Stuart, los “ojos y oídos” de Lee. En total unos 75.000 hombres estaban a su mando. Hooker y su Ejército del Potomac contaban con 90.000 hombres.
A principios de junio las fuerzas de Lee cruzan el río Rappahannock desde Fredericksburg. En su frente oriental se encuentra el gran río Potomac. Al otro lado se encuentran las grandes y preciosas perlas que pueden declinar la balanza a favor de
El 9 de junio una fuerza de caballería de
Para entonces las desavenencias entre el general Hooker y su superior Henry W. Halleck se saldan con la dimisión del primero, que es aceptada por Lincoln. Su sucesor será el general George G. Meade.
Mientras Meade trataba de ponerse al día sobre los planes que había dejado atrás Hooker y sobre la posición de Lee, éste, sin saberlo, se encontraba separado de la caballería de Stuart, quien en pos de las fuerzas unionistas se había desplazado hacia al Norte, perdiendo el contacto con Ewell y Lee. Incumpliendo su misión de ejercer labores de exploración y avisar de cualquier posible movimiento al general Lee, éste permaneció ignorante de que Meade había cruzado el Potomac y se encontraba tras los pasos del general de Virginia. Fue gracias a la labor de un espía que el sudista descubrió los movimientos de Meade. Para cuando pudo darse cuenta de la situación de sus fuerzas el tiempo apremiaba y su ejército estaba dividido. La mayor parte de sus tropas se encontraban al norte de Gettysburg, cerca del río Susquehanna. Inmediatamente Lee envío correos para que sus fuerzas se reagruparan en Cashtown o en Gettysburg, según dictaran las circunstancias. Poco a poco el Ejército de Virginia del Norte se va acercando a Cashtown. Las órdenes son evitar cualquier combate contra los unionistas hasta que todo el ejército esté reunido.
El 30 de junio casi todo el Tercer Cuerpo del general Hill se halla en Cashtown, salvo una de sus brigadas. Dicha brigada, al mando del general J. Johnston Pettigrew, se adentró en Gettysburg ya que había por allí una fábrica de botas (o así lo justificó Henry Heth, superior de Pettigrew). Durante su incursión Pettigrew avistó a la caballería de
Buford había ocupado unas estratégicas colinas al Oeste de Gettysburg para frenar a las tropas secesionistas mientras hacía tiempo para que llegara la infantería de
Entre las 10 y las 11 la infantería intercambia disparos sin cesar. El general John F. Reynolds, comandante del I Cuerpo, cae abatido de su caballo mientras anima a sus tropas. Es sustituido por Abner Doubleday. En el ala derecha unionista el general Lysander Cutler hace frente a cuantiosas pérdidas, perdiendo casi la mitad de sus hombres en apenas media hora. Su situación se hace insostenible y Wadsworth ordena la retirada. Sus tropas se repliegan al otro lado de una línea ferroviaria inacabada, reagrupándose en una cresta conocida como Seminary Ridge. Hacia el sur, al otro lado del pico Chambersburg, la situación es la contraria. Una de las brigadas de Heth, la mandada por James Archer, es flanqueada mientras atacan colina arriba. Archer sería hecho prisionero durante el combate. Mientras, para aliviar la situación al norte, Doubleday envía un regimiento de reserva para estorbar el ataque de las fuerzas de Davis. Dicho ataque sorpresa puso a los hombres de Davis en desbandada.
Dos regimientos más se unieron al avance, saliendo en pos de los confederados que buscaban refugio a lo largo de la vía de tren. El ataque acabó degenerando en una lucha cuerpo a cuerpo donde las bayonetas se hundían en la carne del enemigo. Finalmente los confederados se rindieron, tras sufrir 500 bajas. Se hicieron cerca de 200 prisioneros.
Hacia el mediodía el campo de batalla se volvió bastante tranquilo. Las dos brigadas restantes de Hill hicieron acto de presencia, así como una división al mando de Dorsey Pender. Hasta el momento las fuerzas confederadas se habían llevado la peor parte.
En esos momentos Doubleday comienza a reorganizarse aprovechando la llegada del I Cuerpo de infantería. Integra al cuerpo de artillería del coronel Charles S. Wainwright y a dos brigadas de infantería comandadas por el general de brigada Thomas Rowley. Mientras el XI Cuerpo llega al campo de batalla desde el Sur, el general Oliver Howard toma el mando de las fuerzas unionistas en sustitución del fallecido Reynolds. El nuevo comandante envió mensajeros para que recabara refuerzos del III y el XII Cuerpos de infantería. La primera división que llegó, al mando del general Carl Schurz, fue enviada al Norte, a Oak Hill, en el ala derecha del I Cuerpo. Otras dos divisiones fueron dispuestas a la derecha de las fuerzas de Schurz y en Cemetery Hill.
A comienzos de la tarde el general Rodes contempló como se iban disponiendo en el frente las fuerzas del general Howard, interpretándolo como los movimientos de un inminente ataque de
A las dos y media de la tarde el general Lee llega al campo de batalla. Con el ataque de Rodes ya en marcha, el veterano general confederado dio permiso a sus hombres para que retomaran la ofensiva que había comenzado por la mañana. Hill dispuso de nuevo la división del general Heth reforzada con dos brigadas, la de Carolina de Pettigrew y la de los virginianos de Brockenbrough. Las fuerzas de Pettigrew mantuvieron un terrible combate contra la veterana “Iron Brigade” unionista, que fue obligada a dejar el bosque donde se encontraba. Tras tratar de mantener posiciones en campo abierto la brigada unionista se retiró a un seminario cercano. El ala izquierda de la “Iron Brigade” fue aniquilada. Durante el ataque el general Heth recibió un tiro en la cabeza, pero logró sobrevivir gracias a unos papeles que había ocultado bajo el sombrero, pues éste le venía demasiado grande. Aunque salvó la vida, el general quedó inconsciente y fuera de servicio durante el resto de la batalla.
Mientras, el XI Cuerpo se encontraba en dificultades al tener que defender una extensa zona de cultivos al norte de la ciudad con tan sólo cuatro brigadas. Una de estas brigadas se posicionó demasiado al norte, creando un saliente en la línea de defensa cuyos flancos expuestos fueron atacados por tres brigadas confederadas al mando del general Jubal Early. Las dos brigadas de
En el ínterin, en el ala izquierda del XI Cuerpo, una división al mando del general Schimmelfenig fue puesta bajo una severa lluvia artillera, coordinada con un ataque de infantería. Ante la confusa retirada de las fuerzas del Norte hacia la ciudad, el general Howard envió apoyo artillero y una brigada de reserva para apoyar a las tropas unionistas en retirada.
Entretanto en el seminario las fuerzas restantes de la “Iron Brigade” habían levantado de forma precipitada varios muros defensivos, apoyados por 20 piezas de artillería. Una división del general Hill al mando del general Dorsey Pender se lanzó contra las defensas, siendo diezmada por la artillería unionista. Desde el sur el coronel Abner M. Perrin se lanzó a caballo al mando de su brigada de Carolina del Sur contra las posiciones unionistas alrededor del seminario, sobreviviendo sin ningún rasguño a la carga. Las fuerzas de Perrin envolvieron las líneas unionistas, y cuando sus posiciones se volvieron indefendibles éstas se retiraron de la zona.
La serie de retiradas que llevaron a todo el frente unionista a retirarse hacia Cemetery Hill y la ciudad siguen siendo discutidas, y en su época las brigadas se echaron las culpas unas a otras de haber iniciado el desastre. Sea cual fuere el orden de sucesos, lo cierto es que al caer la noche las tropas de
Varias horas antes, a mediodía el general Meade, a
Considerando que Cemetery Hill era desde luego un estupendo enclave defensivo para las fuerzas de
El general Lee
Al comienzo de ese 2 de Julio de 1863 se encontraban bajo el mando del general unionista George Meade seis de las siete divisiones que formaban el Ejército del Potomac. Ésta era su disposición:
· I Cuerpo, comandado por el general John Newton
· XI Cuerpo, al mando del general Howard
· XII Cuerpo del general Henry W. Slocum
· II Cuerpo del general Hancock
· III Cuerpo, al mando del general Daniel Sickles
· V Cuerpo, comandado por el general George Sykes
Las fuerzas restantes, el VI Cuerpo del general John Sedgwick se encontraba todavía a
Las fuerzas confederadas, por su parte, se hallaban divididas en tres grandes grupos. En la parte oriental de Gettysburg, de Norte a Sur, desde Seminary Ridge hasta Devil’s Den, se disponían dos Cuerpos de Ejército. El Primero, al mando del teniente general James Longstreet, comprendía tres divisiones y una reserva de artillería, totalizando cerca de 21.000 hombres, y se disponía en una línea al sur frente a las defensas unionistas en Rose Woods y al sur de éstas en Devil’s Den. El Tercero tenía como comandante al teniente general Ambrose P. Hill, con tres divisiones y artillería, contando casi 27.000 efectivos, y estaba dispuesto al norte, frente a en Seminary Ridge. En la parte occidental, al norte, en Cemetery Hill, se encontraba el Segundo Cuerpo de Ejército al mando del teniente general Richard Ewell, y comprendía otras tres divisiones y otra reserva de artillería, totalizando cerca de diez mil hombres. Dichas fuerzas se habrían completado con la división de caballería del general J.E.B. Stuart, quien seguía en pos de sus propios objetivos.
El general Longstreet sugirió a Lee que el ejército abandonara sus posiciones y envolviera el flanco izquierdo de los unionistas, cortando las comunicaciones del general Meade, para luego mantener pequeñas batallas, como se había previsto. El comandante en jefe rechazó tal propuesta, considerando que abandonar unas posiciones que había costado tanto tomar perjudicaría la moral de las tropas, y queriendo además seguir contando con la iniciativa. Tras sus espectaculares victorias anteriores, Lee confiaba en poder llevar a sus tropas a la victoria de nuevo.
Al Sur de la ciudad de Gettysburg las tropas unionistas seguían emboscadas en Cemetery Hill. Tras la decisión de Ewell de no atacar, el ejército de
Con un informe de inteligencia incompleto debido a la ausencia de la caballería de Stuart, Lee dispuso un ataque sorpresa para Longstreet, utilizando dos divisiones que se moverían a izquierda y derecha de la carretera de Emmitsburg. La división del general Anderson, perteneciente al Tercer Cuerpo, atacaría el centro de la defensa en Cemetery Hill en el momento apropiado. Mientras Lee trazaba sus planes el general unionista Meade había ordenado al general Sickles y su III Cuerpo que se trasladaran a cierta posición en Cemetery Hill, a la izquierda del II Cuerpo. Sickles así lo hizo, pero al mediodía se trasladó sin permiso a una zona alta a un kilómetro de su posición original, para evitar que fuera usada por los confederados como base para la artillería como ya hicieran en Chancellorsville. Se creaba así otro peligroso saliente en la defensa de
Longstreet esperó, sin embargo, a que una última brigada completara sus fuerzas, antes de comenzar a mover sus tropas, en una marcha más lenta de lo habitual pues trataban de no ser localizados por los observadores enemigos emplazados en Little Round Top. A las cuatro de la tarde las fuerzas de Longstreet surgieron de su escondite para observar horrorizados cómo delante de ellos se encontraba el III Cuerpo de Ejército del general Sickles. El general Hood trató entonces de que Longstreet alterara los planes, pero éste decidió seguir el patrón de Lee, lo que obligó a Hood a atacar más hacia el este de lo planeado.
Tras media hora de preparación artillera la división de Hood se apostó al sur de Seminary Ridge en una doble línea de dos brigadas cada una. Arengó a sus tropas y les ordenó que avanzaran hacia ciertas cumbres, cruzando a la izquierda de la carretera. Más tarde una bomba alcanzó a Hood, arrancándole un brazo y dejándole fuera de servicio. Su división quedó sin mando y siguió avanzando hacia el Este, cuando debieran haberlo hecho hacia el Norte.
El extremo izquierdo del III Cuerpo, situado en Devil’s Den, estaba formado por seis regimientos y dos compañías al mando del general J. H. Hobart Ward. Sin tiempo para haber preparado defensas, sus tropas fueron atacadas por los confederados durante una larga y sangrienta hora. En los primeros treinta minutos uno de los regimientos perdió a la mitad de sus hombres, incluyendo a su coronel al mando. Dos regimientos separados anteriormente del avance confederado cruzaron el valle del Plum Run, amenazando el flanco de Ward, donde había dos regimientos (el 4 y el 124 de Nueva York) que defendían la artillería unionista. Ward reforzó su ala izquierda con un regimiento del de la derecha. El comandante en jefe de la 124, el coronel Van Horne Ellis, y su comandante, decidieron contraatacar y montaron sus caballos para guiar a las tropas. Ambos cayeron muertos y su regimiento hubo de retirarse a sus posiciones con fuertes pérdidas.
A la derecha del III Cuerpo Hood detectó un hueco en la línea defensiva de
Dos nuevos regimientos confederados, el 2º y el 17º de Georgia, rodearon el flanco de Ward mientras aguantaban el fuego artillero de
David B. Birney, uno de los dos comandantes en jefe del III Cuerpo de Ejército de
Little Round Top era una de las dos colinas rocosas que se extendían al sur de Gettysburg. Tras el cambio de posición de Sickles, la colina había quedado sin defensa. Devil’s Den había caído, lo que hacía aun más peligrosa la situación en Little Round Top. Meade envió a su jefe de ingenieros, el general de brigada Gouverneur K. Warren, a la colina para que estudiara la situación sobre el terreno. Al llegar tan sólo encontró a unos pocos hombres del Cuerpo de Señales. Con la bayoneta calada, desde el horizonte, las tropas confederadas habían iniciado el asalto a Little Round Top. Warren mandó despachos urgentes para que reunieran a todas las fuerzas disponibles que encontraran. Comenzaba uno de los asaltos más famosos de toda
El general del V Cuerpo, George Sykes, envió un mensaje a su I División, al mando del general Barnes, para que defendiera la colina. Pero el mensajero encontró antes al coronel Strong Vincent, al mando de cuatro regimientos de
La primera carga confederada no tardó en llegar, y los unionistas aguantaron. Chamberlain ordenó a parte de su regimiento que se formara en ángulo respecto a la línea principal para evitar ser flanqueados por los confederados. Durante otros noventa minutos el 20º de Maine aguantó dos cargas más. En lo que iba a ser la carga final, Chamberlain se encontraba con un reducido número de tropas, y lo que era peor, sin munición. Ordenó entonces a sus tropas en el flanco izquierdo que calaran las bayonetas y avanzaran. Dicho flanco había retrocedido, así que cuando logró avanzar y se alineó con el resto del regimiento Chamberlain generalizó la orden. Se inició entonces una desesperada carga de bayoneta por parte de los unionistas (algunos atribuyen dicha carga a un teniente y no a Chamberlain) que pasaría a la historia, y que entonces salvaría a Little Round Top de caer en manos confederadas.
Entorno a las cinco de la tarde el ataque de Hood seguía progresando mientras que la otra pieza de la ofensiva de Lee, el general Lafayette McLaws, había quedado atrás. Siendo hora de ponerse a la altura de Hood, Longstreet lanzó a las brigadas de McLaws a través de un campo de trigo contra las delicadas posiciones del III Cuerpo. Muros de piedra, montículos, una granja, todo se utilizaba como parapeto mientras las tropas de los dos bandos luchaban en aquel solitario campo.
Los unionistas recibieron refuerzos del V Cuerpo al mando del general James Barnes. Mientras las brigadas de Hood y McLaws seguían atacando, Barnes tomó una polémica decisión, desplazándose hacia el norte en dirección a Wheatfield Road. Las tropas unionistas restantes, al descubierto, hubieron de seguirle, con lo que quedó una via abierta para que los confederados penetraran en el campo de trigo. Las tropas unionistas entraron en retirada, mientras los confederados se desperdigaban por el campo. Al caer la tarde, contando con nuevos refuerzos, los unionistas contraatacaron y llevaron a los agotados confederados de nuevo al otro lado del campo de trigo.
El colapso del III Cuerpo llegó con el ataque de la división del Richard H. Anderson que atacó a lo largo de Emmitsburg Road, desde Peach Orchard, al norte del campo de trigo, hasta Cemetery Ridge. Su ofensiva comenzó con el avance de cinco brigadas que hicieron imposible para el general Humphreys, del III Cuerpo, mantener sus posiciones, aunque logró mantener una retirada ordenada. Mientras, en Cemetery Ridge, Meade y Hancock apenas contaban con refuerzos para repeler el ataque. El largo avance de las tropas sudistas les obligó en un determinado momento a reorganizarse, lo que aprovechó Hancock para mover una brigada de su II Cuerpo y expulsar a una brigada de McLaws fuera de Emmitsburg Road.
Tras detectar a otra brigada confederada que amenazaba con penetrar por un hueco a través de las líneas unionistas, Hancock tomó la primera brigada que tuvo disponible, la 1ª de Minnesota, que guardaba un puesto artillero. Hancock ordenó al coronel de la brigada, mientras señalaba a la bandera confederada, que tomara aquellos colores. La 1ª de Minnesota se lanzó con las bayonetas caladas contra los confederados, sufriendo enormes bajas, aunque finalmente la brigada confederada fue obligada a retroceder. En las postrimerías de la batalla en aquel día más acciones singulares se produjeron en Culp’s Hill y Cemetery Hill, que se saldaron con empates técnicos entre ambos contendientes. A las diez y media de la noche el campo de batalla volvía a quedar en silencio.
Esa noche Meade reunió a sus oficiales en un gabinete de guerra en el que expuso su decisión, telegrafiada a Washington, de permanecer en el campo de batalla a pesar de los duros ataques confederados. Finalizada la reunión, el comandante en jefe del Ejército del Potomac se llevó a parte al general John Gibbon, al mando del II Cuerpo, prediciéndole que al día siguiente Lee atacaría en su frente. Tras haberlo intentado en los dos flancos, Meade estaba convencido de que el general sudista lo intentaría en el centro. En el campamento confederado los oficiales y su comandante, Lee, estaban igual de meditabundos, pues no habían logrado expulsar a los nordistas de sus posiciones.
Al amanecer del viernes 3 la línea del ejército de
El estratega virginiano tenía planeado renovar sus ataques siguiendo las pautas trazadas el día anterior. Sin embargo en Culp’s Hill los federales abrieron una pesada línea de fuego artillero contra las fuerzas confederadas. Dos brigadas del Norte trataron de expulsar a los confederados de sus posiciones sin éxito. Sin embargo, Lee había perdido la opción de ser el primero en dar el golpe. En Culp’s Hill los combates se sucedieron hasta cerca del mediodía. Los confederados, tras la sorpresa inicial, lanzaron varias oleadas de ataques contra las colinas en las que se apostaban los unionistas sin éxito alguno. Los sudistas sufrieron graves pérdidas, sobretodo a causa de la mayor potencia de fuego artillero de los del Norte.
Lee cambió sus planes. Ordenó a Longstreet que se pusiera al mando de una de sus divisiones más seis brigadas del Cuerpo que comandaba Hill, para que, como había predicho Meade, atacara la zona central de la línea defensiva unionista. La ofensiva se inició con el rugido de más de 150 piezas de artillería confederada batiendo las posiciones de
Alrededor de las 3 de la tarde doce mil soldados confederados se lanzaron durante
Quién sí pudo participar con sus hombres a caballo en la batalla fue el general Judson Kilpatrick, quien tras saber de los éxitos que estaban cosechando los federales lanzó desde el Sur su caballería contra la infantería de Longstreet.
Mientras el tercer día de batalla se apagaba Cemetery Ridge se colapsaba con los cadáveres de los soldados, especialmente aquellos vestidos de gris. Las pérdidas confederadas habían sido enormes, incluyendo la de los oficiales. El general George Pickett, quien da nombre a la famosa carga, había dejado a 2.700 hombres en el campo de batalla. Muchas otras divisiones sufrían pérdidas similares, variando de entre unos centenares a más de dos mil.
Temiendo que Meade lanzara enseguida un contraataque, Lee comenzó a organizar a los soldados que regresaban a Seminary Ridge para organizar una línea defensiva. Cuando le ordenó al desconsolado general Pickett que aprestara su división para la defensa, éste le contestó: “General Lee, no tengo división alguna”.
En el otro bando el cauteloso Meade nunca llegó a lanzar la temida contraofensiva. Aunque los confederados se habían llevado la peor parte, las tropas federales habían sufrido también incontables bajas; las tropas de Meade estaban agotadas y su fuerza combativa estaba al límite. Al amanecer del cuarto día ambos bandos se dedicaron a observar como los camilleros recogían del campo de batalla a los muertos y heridos. Ese 4 de julio, fiesta nacional de la otrora unida nación, en otro punto de la geografía estadounidense, el general Ulysses Grant aceptaba la rendición del fuerte de Vicksburg tras un largo asedio. El río Mississippi estaba prácticamente en manos federales. Lee había desangrado a sus últimas tropas en Gettysburg. Tras unos últimos e inútiles intercambios de pequeños ataques y escaramuzas entre los dos bandos, al caer la tarde el silencio reinaba finalmente en Gettysburg. El día 5, mientras la lluvia caía incesantemente conformando una triste estampa para los confederados, Lee y su ejército levantaban su campamento para regresar a Virginia. Meade salió en persecución de Lee, aunque de forma casi nominal. A pesar de las peticiones del general en jefe Halleck y del propio presidente y comandante en jefe, Lincoln, para que persiguiera y destruyera las fuerzas de Lee antes de que cruzara el Potomac, Meade continuó con su lenta persecución de las derrotadas tropas confederadas, guardando respeto al caballero de Virginia y sus hombres, quienes habían luchado tan valientemente como sus hermanos al otro lado del frente.
La batalla de Gettysburg había terminado, y con ella la invencibilidad de Lee y las esperanzas de supervivencia para
1 comentario:
Enhorabuena, menudo post.
También tengo bastante afición a las fotos antiguas. Hace unas semanas, casualmente busqué fotos de la Guerra Civil Americana y encontré esta página, igual te interesa:
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